Muchas veces el cuarto mandamiento ha sido malinterpretado y mal utilizado por las personas, especialmente por los padres que cometen cierto tipo de abuso sobre los hijos, lo que ha provocado muchísima confusión en éstos y también en generaciones enteras dentro de sistemas familiares narcisistas.
Petrus Christus o Petrus Cristus (Baarle-Hertog, c. 1410/1415-Brujas, c. 1475/1476)
La Biblia es uno de los libros más importantes en la historia de la humanidad. Además de ser un libro sagrado, en la Biblia se describen pasajes de la historia de la humanidad antes y después de Cristo desde la perspectiva judeo-cristiana. Uno de los pasajes más importantes es la historia de los diez mandamientos de la Ley de Dios descrita a través del relato de Moisés que describe cómo Edonay, Yahvé o Dios Padre para los católicos, le dictó los mandamientos de la ley de Dios que debería comunicar al pueblo de Israel. También el código de Hammurabi fue dictado al Rey, mismo que inscribió en arcilla en escritura cuneiforme.
Tanto los diez mandamientos de la ley de Dios dictados a Moisés, como el código de Hammurabi fueron inspirados, sin embargo, en el caso de los mandamientos de la ley de Dios se trata leyes específicas que tienen que ver con el respeto a Dios y a los demás, incluyendo a los padres. El cuarto mandamiento se describe así: “honrarás a tu padre y a tu madre”.
A pesar de que parece muy claro el mandamiento, puede ser tan confuso como no suena. Honrarás viene de la palabra latina honorare, que tiene que ver con el honor de una persona. Honrar significa brindar tributo y respeto a una persona, así es que un hijo que no brinda tributo y respeto a sus padres estaría infringiendo el cuarto mandamiento de la ley de Dios.
¿Pero qué pasa cuando los padres son negligentes, hacen daño, sabotean las relaciones de sus hijos, roban, violan, hacen daño, intoxican o maltratan a los hijos y además presentan rasgos del trastorno de la personalidad narcisista? Pues entonces viene el perdón, los hijos deben perdonar a sus padres. Pero si estos dos puntos anteriores, honrar a los padres y después perdonarlos están sobrepasados cuando los padres hacen daño a los hijos, este mandamiento puede ser muy confuso y malinterpretado. Se debe honrar a los padres a pesar de que estos hagan daño a sus hijos, sí, pero de diferente forma, de forma más espiritual sin aceptar el abuso. Si los hijos viven “honrando” a sus padres como lo indica el cuarto mandamiento se estaría cayendo de manera inmediata en una psico dependencia abusiva provocada por la malinterpretación de la misma ley de Dios. Para ello existen los sacerdotes, expertos en salud y psicólogos que pueden ayudar a los hijos a aclarar este tipo de situaciones que provoca sentimientos confusos llenos de vergüenza y remordimientos en los hijos al no poder cumplir con el mandamiento de forma estricta.
El presente artículo trata de cómo interpretar tanto las leyes de la ley de Dios como el concepto de perdón cuando los padres hacen daño.
Primero que nada, me gustaría comenzar por recalcar que todos los padres sin imperfectos, así como nosotros somos imperfectos. En este sentido, este artículo hablará de la encrucijada de entender cuando los padres son personas abusivas o narcisistas. Estamos hablando de casos límite. Estamos hablando de situaciones cuando los padres ejercen algún tipo o han ejercido un tipo de daño más allá de los defectos de carácter y las imperfecciones en el proceso de educación de los hijos que es tan complicado.
Hablaremos y nos enfocaremos específicamente a los casos de abuso de los padres sobre los hijos. Y para ello es necesario definir o tratar de entender qué es abuso. A continuación propongo una guía, una sencilla escala tóxica en la relación de padres e hijos que puede ayudar a aclarar de manera imperfecta y sin que esto constituya una escala empírica (es necesario SIEMPRE consultar a un experto en la salud mental y en sistemas familiares para generar un diagnóstico y un camino a seguir). Esta escala es un método sencillo y pedagógico para poder tener un marco de entendimiento o de referencia sobre el cual me gustaría explicar las consecuencias de malinterpretar el cuarto mandamiento de la ley de Dios.
Este artículo, al igual que todos los artículos en esta página, están enfocados en los padres que presentan rasgos del Trastorno Narcisista de la Personalidad o TNP, que es ciertamente una enfermedad enlistada en el DSM-5 y son casos extremos. Es importante entender la diferencia entre un padre tóxico o un padre con un trastorno narcisista por lo que recomiendo el libro Matriarcado Narcisista o Patriarcado narcisista para poder ahondar en el entendimiento del trastorno presente en alguno de los padres o en los dos.
Tabla 1: Toxicología de la personalidad de Padres e hijos
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